¿Ver a todos esos atletas olímpicos dando lo mejor de sí mismos ha hecho que quieras sentirte mejor durante el día? Pues sigue leyendo porque estos cinco sencillos cambios en el desayuno te ayudarán a estar alerta, lleno de energía y con muchas ganas de afrontar las tareas del día.
Al despertar, un vaso de limón: Nada más levantarte prepara un gran vaso de agua con unas gotas de jugo de limón fresco para ayudar a aumentar el consumo de vitamina C y estimular el sistema digestivo. Tómalo en ayunas. Este sencillo gesto dispará tus niveles de energía para todo el día. Esto se debe a la deshidratación, que con sólo un dos por ciento puede dejarnos una gran sensación de cansancio, letargo, falta de concentración y torpeza.
Beber alcohol, comer demasiados alimentos salados o pasar ocho horas escondido bajo las sábanas, roba fluidos esenciales al cuerpo. Para contrarrestarlo, hay que beber un gran vaso de agua de limón al levantarse y continuar haciéndolo cada par de horas a lo largo el día. Podrías notar que visitas el baño de forma más frecuente durante las primeras semanas hasta que el cuerpo se adapte, mejor porque así haces una limpieza.
Los cereales que mejor te van: Es cierto que el desayuno es la comida más importante del día pero no todos los cereales de desayuno están hechos de la misma manera. De hecho algunos no son más que galletas empaquetadas con un gran número de anuncios que intentan convencerte de lo contrario, pero tú seguirás cansado y con hambre justo después de comértelos.
Para estar seguro de que empiezas el día de la mejor manera, asegúrate de que escoges cereales integrales, como por ejemplo avena integral, pan de trigo integral, etc. Todas estas variedades son buenas opciones que te ayudarán a mantener tus niveles de energía altos y tu cerebro funcionará perfectamente durante toda la mañana.
Añade un poco de sabor: Una vez que has elegido tu cereal, intenta añadir una pequeña cucharada de café de canela molida. Según un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, añadir una cucharada de canela a comidas altas en hidratos como los cereales del desayuno o el arroz puede disminuir el porcentaje en que se liberan los azúcares en la sangre hasta en un 34 por ciento, lo que te ayudará a sentirte lleno de energía toda la mañana.
Otros estudios han encontrado que añadir un poco de canela a tu comida puede mejorar significativamente el funcionamiento del cerebro, la coordinación y también la memoria.
Reduce la cafeína: El té, el café o los refrescos de cola pueden ayudarte a recuperar fuerzas cuando estás bajo mínimos, pero a largo plazo eharán que te sientas agotado. La cafeína contiene hormonas estimulantes que actúan de una forma similar a un motor "sobrerevolucionado". Te sentirás pletórico durante un breve instante pero tu cuerpo acabará por pagar el precio cuando experimente el efecto rebote.
Lo mejor es ir reduciendo de forma paulatina la ingesta de bebidas con cafeína (no más de una o dos al día) , y sustituirlas por bebidas calientes a base de hierbas. Esto te ayudará a rehidratarte y a compensar las hormonas estimulantes.
No olvides las proteínas: Los alimentos ricos en proteínas como nueces, semillas, legumbres, carnes, pescados y huevos ayudan a disminuir la velocidad a la que los alimentos liberan sus azúcares en el torrente sanguíneo, ayudando a asegurar un flujo más constante de energía a lo largo el día.
Por eso se recomienda añadir un puñado de semillas o frutos secos a los cereales del desayuno. Por ejemplo, una cucharada de almendras. También se puede tomar un huevo escalfado o cocido con una tostada integral.
Al despertar, un vaso de limón: Nada más levantarte prepara un gran vaso de agua con unas gotas de jugo de limón fresco para ayudar a aumentar el consumo de vitamina C y estimular el sistema digestivo. Tómalo en ayunas. Este sencillo gesto dispará tus niveles de energía para todo el día. Esto se debe a la deshidratación, que con sólo un dos por ciento puede dejarnos una gran sensación de cansancio, letargo, falta de concentración y torpeza.
Beber alcohol, comer demasiados alimentos salados o pasar ocho horas escondido bajo las sábanas, roba fluidos esenciales al cuerpo. Para contrarrestarlo, hay que beber un gran vaso de agua de limón al levantarse y continuar haciéndolo cada par de horas a lo largo el día. Podrías notar que visitas el baño de forma más frecuente durante las primeras semanas hasta que el cuerpo se adapte, mejor porque así haces una limpieza.
Los cereales que mejor te van: Es cierto que el desayuno es la comida más importante del día pero no todos los cereales de desayuno están hechos de la misma manera. De hecho algunos no son más que galletas empaquetadas con un gran número de anuncios que intentan convencerte de lo contrario, pero tú seguirás cansado y con hambre justo después de comértelos.
Para estar seguro de que empiezas el día de la mejor manera, asegúrate de que escoges cereales integrales, como por ejemplo avena integral, pan de trigo integral, etc. Todas estas variedades son buenas opciones que te ayudarán a mantener tus niveles de energía altos y tu cerebro funcionará perfectamente durante toda la mañana.
Añade un poco de sabor: Una vez que has elegido tu cereal, intenta añadir una pequeña cucharada de café de canela molida. Según un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, añadir una cucharada de canela a comidas altas en hidratos como los cereales del desayuno o el arroz puede disminuir el porcentaje en que se liberan los azúcares en la sangre hasta en un 34 por ciento, lo que te ayudará a sentirte lleno de energía toda la mañana.
Otros estudios han encontrado que añadir un poco de canela a tu comida puede mejorar significativamente el funcionamiento del cerebro, la coordinación y también la memoria.
Lo mejor es ir reduciendo de forma paulatina la ingesta de bebidas con cafeína (no más de una o dos al día) , y sustituirlas por bebidas calientes a base de hierbas. Esto te ayudará a rehidratarte y a compensar las hormonas estimulantes.
No olvides las proteínas: Los alimentos ricos en proteínas como nueces, semillas, legumbres, carnes, pescados y huevos ayudan a disminuir la velocidad a la que los alimentos liberan sus azúcares en el torrente sanguíneo, ayudando a asegurar un flujo más constante de energía a lo largo el día.
Por eso se recomienda añadir un puñado de semillas o frutos secos a los cereales del desayuno. Por ejemplo, una cucharada de almendras. También se puede tomar un huevo escalfado o cocido con una tostada integral.
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